Hongos, alergias,… son problemas habituales en la piel de nuestro perro. Es uno de los males más frecuentes de nuestras mascotas y suele ser habitual cuando la barrera protectora de su organismo está debilitada, esta es, la piel.
Es lógico pensar que, dada la amplitud de su extensión y al estar en contacto permanentemente con los rigores y la dureza del ambiente y del clima, la piel de nuestro perro sea proclive a sufrir cualquier tipo de calamidad. Pero, como siempre suele ocurrir en estos casos, una correcta protección y unos cuidados sencillos, serán necesarios para mantener a rayo algunas de las patologías comunes como hongos o alergias en nuestros queridos perros.
- Debemos usar productos de aseo que sean específicos para su piel, es decir, que tengan el pH adecuado para nuestro animal y no destruya la capa protectora que ya de por sí tienen en su superficie.
- Evita aplicarle colonias, desodorantes o desenredantes, este tipo de productos no son beneficios de por sí, a no ser que estén prescritos por su veterinario y su acción esté adecuadamente contrastada.
- Mantén limpio el lugar donde descanse, su caseta o su colchoneta. Mantenlo siempre limpio y lo más higiénico posible.
- Se precavido con el uso de productos de limpieza para el hogar, como sprays, detergentes, el más mínimo contacto con ellos, podría ocasionar una alergia.
- Vigila que no entre en contacto con animales enfermos o con síntomas de padecer un trastorno dermatológico.
- Cepilla regularmente el pelaje de nuestro perro, sobre todo en los animales de pelo largo, el cepillado debe ser diario y una vez a la semana para los de pelo corto. Aprovecha el propio cepillado para comprobar cualquier bulto o alteración en la piel.
- Sécale bien después del baño, que no quede resto de humedad. Si fuese necesario, utiliza un secador de pelo convencional.
- Elimina las manchas de barro, grasa que pudiera haber en el pelo después de una tarde de juegos.