Contar con una buena valla ofrece varias ventajas. Por un lado, le dan un aspecto más vistoso a nuestro huerto y, por otro, ofrecen cobijo a nuestros animales y a toda la riqueza biológica que tengamos en su interior. Estos son todos los secretos para tener una buena valla en nuestro huerto.
Tanto los setos como las vallas son una interesante accesorio que debemos instalar llegado el momento en nuestro huerto, los setos además de ofrecer un aspecto muy bonito, cuentan en su interior con pequeños habitantes que alegran nuestro pequeño huerto como pájaros o mariposas. Podremos realizar un seto con un manzano silvestre o un avellano.
Los setos, por otro lado, aunque sirven de protección, también reducen en una porción apreciable el suelo fértil debido a la sombra que producen y que sus raíces se extienden y extraen la humedad y los elementos nutrientes de un área bastante amplia. En un huerto grande esto no importa, pero si contamos con un huerto pequeño, lo mejor es optar por un seto aunque, debemos tener en cuenta, que pueden albergan malas hierbas o insectos que pueden dañar nuestro huerto. Esto se solucionaría controlando las malas hierbas que den semilla bajo los setos o con un pequeño y constante control de plagas.
Las vallas son más prácticas, ocupan menos espacio y no echan raíces que empobrezcan el suelo, no cobijan insectos ni malas hierbas y, su principal ventaja, es que se levantan con rapidez. Son una solución instantánea que podemos utilizar para empalizar frutales, para que sirvan de soporte a especies trepadoras como judías o tomates, ampliando la superficie útil del huerto en una franja de tierra continua.