Manejar mal los huevos desde que han sido puestos hasta que se colocan en la incubadora puede ser una de las causas de la muerte del embrión.
Para asegurarnos un alto porcentaje de nacimientos debemos descartar desde un principio los huevos defectuosos como, por ejemplo, los que presenten las siguientes características: arrugados, ásperos, sucios, demasiado pequeños o demasiado grandes.
Lo ideal es recoger los huevos de la siguiente manera:

– En verano: Entre 5 y 6 veces al día
– En invierno: Entre 3 y 4 veces al día

Si las gallinas ponen los huevos a última hora de la tarde es recomendable recogerlos ese mismo día para asegurarnos una mejor sanidad y evitarnos la ruptura de éstos en los nidos.

Conservación de los huevos a incubar

Este paso también es muy importante porque deberemos guardarlos y mantenerlos a una temperatura entre los 16 y los 18ºC durante unos 7 días en verano y unos 10 días en invierno. Debemos tener en cuenta que los huevos que se guarden durante más de 10 días van a disminuir en fertilidad.
Otro detalle a tener en cuenta es que los huevos de las gallinas jóvenes se pueden conservar más tiempo que los de las gallinas viejas. Los huevos de gallinas viejas se incubarán lo antes posible.

Posición de los huevos en la incubadora

La posición de los huevos en la incubadora debe ser con el extremo mayor hacia arriba.

La cáscara permite la respiración del embrión al dejar pasar el oxígeno a través de los poros de la superficie. Hasta que el pollito empiece a romper la cáscara, la respiración de éste será a través del oxígeno que pase a través de los poros.

Si se colocan los huevos con la punta pequeña hacia arriba obligaremos al pollito a orientar su cabeza hacia ella y esto puede provocar nacimientos tempranos, mala ubicación de la cámara de aire, reducción de nacimientos y disminución de la calidad.