Lo ideal es saber qué día y hora van a llegar los pollitos a casa para poder encender las criadoras o los calefactores una hora antes de la llegada y así controlar la temperatura, y colocar los bebederos manuales con vitaminas y suero. El agua para el primer día debe contener vitaminas, siguiendo siempre las indicaciones de nuestro veterinario habitual.
Intentar poner una base en los bebederos para evitar que se moje la cama.
Algo que se debe tener muy en cuenta es que el agua esté siempre fresca e intentar lavar y desinfectar los bebederos a diario, en la medida de lo posible. Los bebederos se desinfectan con un producto yodado, menos cuando se tiene que administrar algún tipo de medicamento, ya que puede inactivar sus efectos. En ese caso solo se lavarán con agua.
La temperatura en el interior del corral debe estar entre 30 y 32ºC. Si la temperatura es muy alta los pollitos se mantendrán en los extremos del corral, de lo contrario, se agruparán debajo de los calefactores. Debemos evitar ambas situaciones ya que los pollitos corren el riesgo de morir aplastados, debido al amontonamiento, y en caso de que logre sobrevivir, puede sufrir de problemas de crecimiento y edemas durante la edad adulta. Si la temperatura estuviera muy alta se hará un manejo de cortinas y si estuviera baja se encenderá el calefactor.
El alimento se suministra al cabo de una o dos horas después de la llegada de los pollitos debido a que durante el primer día de nacido, el pollito se alimenta de saco vitelino (la yema del huevo). Es necesario que ésta sea absorbida porque puede infectarse y causar la muerte del pollito.
Si hemos puesto a los pollitos en una guarda criadora, deberemos golpearla suavemente o darle unos toques para que los pollitos se acostumbren a los ruidos y así ver cuáles son activos y cuáles no.