Debemos tener claro una cosa, los perros glotones no nacen, se hacen. Así si les ayudamos a violar las normas más elementales de educación que influyen en sus hábitos alimenticios, habremos convertido a nuestro perro en un tragón. Por en práctica estos consejos para mejorar su conducta.
Nuestros hábitos como propietarios pueden influir directamente sobre las costumbres de nuestro perro. Al igual que nosotros abrimos la nevera en busca de “algo para picar”, a nuestro perro también se le pueden pegar estos comportamientos por imitación. Estas son algunas normas básicas que debemos tener en cuenta a la hora de corregir ciertos comportamientos propios de un perro glotón:
- No comer entre horas. No le acostumbres a que coma fuera de su horario de comidas, no sólo es posible que rechace su ración de pienso sino que querrá seguir picoteando cuando a él le venga en gana.
- Paseos con bozal: Si tienes un perro muy glotón no te quedará más remedio que sacarle a la calle con bozal, ¿la razón? Por seguridad. De esta manera evitaremos riesgos para su propia salud cuando coma cualquier cosa que encuentre en el camino: cacas de otros perros, colillas de cigarros, etc.
- Cocina y comedor vetado: Será mejor que evites que tu perro pasee con libertad en la cocina o el comedor ya que tarde o temprano te suplicará algo de comer, logrando así sus objetivos.
- Raciónale la dieta: Hay perros que disponen de comida en sus comederos para cuando quieran, pero hay otros a los que debemos racionarle la comida, son aquellos perros que comen con mucha rapidez, sin ni siquiera masticar el alimento y que no saben controlar cuándo deben parar.