¿Qué fue antes, el huevo o la gallina? No sabemos la respuesta de este clásico dilema, pero lo que sí sabemos es que los huevos caseros son los más ricos del mundo. ¿El secreto? Te lo explicamos a continuación.
La gallina a los 5 o 6 meses de vida empezará a poner huevos, y no será hasta los 8 o 10 meses cuando lo hagan diariamente. Estos huevos no dejan de ser uno de sus innumerables óvulos que salen del oviducto completándose con clara y cáscara.
La época del año en la se ponen más huevos es durante la época de primavera y verano, la razón es porque el ciclo productivo se acelera, ya que cuentan con más horas de luz natural, horas que son necesarias para la producción de óvulos y nuevos huevos. De hecho, durante estas épocas, la recogida de huevos se hace durante dos o tres veces al día.
Una vez recojamos los huevos debemos guardarlos en un lugar fresco, sin humedad y en el que no le de directamente el sol. En el caso de que estén un poco sucios, debemos de limpiarlos con un paño seco o un papel, pero nunca mojarlos con agua, ya que la humedad entra en la cáscara y las posibles bacterias que pueda contener en su superficie pueden entrar también dentro del huevo.
Para que las gallinas produzcan muchos huevos, debemos mantenerlas bien alimentadas, revisar su estado físico periódicamente y acondicionarles un espacio donde puedan sentirse a gusto y confortables. En el triste caso de tener una gallina que no produzca huevos, debemos de remplazarla por otra más productiva.
Como es evidente, para obtener huevos para el consumo, no es necesario contar con un gallo en el gallinero. Esa será una labor indispensable para la fecundación de huevos de los que luego nacerán sus pollitos.