En cualquier gallinero tiene que haber un orden jerárquico, orden que determinará el rango dentro de las aves. Los que lleguen nuevos o los más jóvenes tendrán que encontrar su lugar dentro de esta nueva jerarquía. Para conocer más acerca del comportamiento jerárquico de nuestras gallinas, aquí tenéis algunas claves.
Cualquier grupo de gallinas tiene que tener un orden jerárquico. En el caso de que exista un solo gallo, éste pasará a ocupar, de manera natural, el primer puesto, mientras que las hembras tendrán que situarse en un escalafón por debajo de él.
Si no tienes gallo, tus gallinas determinarán entonces su propio orden jerárquico, que no será de otra manera que mediante picotazos y peleas que podrán ser más o menos salvajes. Cuando más grande sea el número de gallinas, más complicado, delicado y largo será este proceso de restructuración del grupo. A no ser que se esté produciendo un violento acoso sobre una gallina, no debemos intervenir en ningún momento, incluso si todo el proceso dura varios días, ya que al final de todo, y sin nosotros hacer nada al respecto, quedará solucionado entre ellas y, a partir de ese momento, podrán vivir en paz y armonía.
Al introducir una nueva gallina o ave, o simplemente al retirar alguna gallina que se encuentre enferma o clueca, se volverá a desencadenar de nuevo todo el proceso de jerarquización. Es comportamiento que está presente en todos los ámbitos de la naturaleza y en cualquier punto de la escala animal, un proceso en el que los humanos poco o ningún papel debemos establecer.