Según varios estudios se ha llegado a la conclusión que un gallo sólo entre gallinas destaca mucho en la manada y que, la gallinas con la cresta más grande recibe una mayor cantidad de esperma, con lo cual produce más pollitos.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Linkoping, en Suecia, ha demostrado como el tamaño de la cresta de la gallina está relacionado con su capacidad para poner más huevos. Los resultados se han publicado en la revista PLOS Genetics.
En comparación con la gallina original de la jungla, las gallinas domésticas tienen las crestas más grandes y los huesos más densos, según afirma la revista. Además, esto influye sobre la puesta porque los tejidos de los huesos de estas gallinas proporcionan el calcio necesario para la cáscara del huevo. Cuanto mayor es la masa del hueso, más huevos puede poner la gallina.
Después de haber observado esta clara correlación entre el tamaño de la cresta y la masa del hueso en las aves procedentes de un cruce entre un ave roja de la jungla y un ave doméstica, el grupo investigador realizó un estudio en el que estas aves se reprodujeron durante varias generaciones. De esta forma, el genoma fue dividido en zonas cada vez más pequeñas, lo que permitió levantar un “mapa” de las funciones de los genes individuales.
En la octava generación, los investigadores encontraron un área que tenía un fuerte efecto sobre el peso de la cresta y también sobre la masa del hueso y la fertilidad.
La variación genética ha disminuido gradualmente a lo largo del proceso de domesticación. En las aves domésticas hay actualmente 40 pequeñas regiones conocidas con genes estables que gobiernan potencialmente sus características “domesticadas” típicas.
Los investigadores de Linkoping han descubierto ahora dos genes pleyotrópicos -dos genes conectados el uno al otro- que influyen simultáneamente sobre diversas características, como es el crecimiento de la cresta -constituida enteramente por cartílago- y de los huesos -cuya base también es cartílago- y, finalmente, sobre la producción de huevos. Las gallinas originales tienen crestas más pequeñas, patas más delgadas y ponen menos huevos. Cuando se empezó a seleccionar para mejorar el carácter de la puesta de huevos, la cresta creció automáticamente.
En la naturaleza, la cresta es un ejemplo de ornamento sexual. Los individuos -a menudo machos- con ornamentos mas impresionantes son los preferidos por las hembras y, por tanto, tienen más descendencia que sus competidores. En cambio, en los animales domésticos, la selección sexual -como la selección natural- ha perdido su papel debido a la reproducción selectiva.
Vía| Avicultura.com