Con el aumento de la temperatura también aumenta el estrés en las gallinas ponedoras debido al calor, lo que hace que coman menos y que se reduzca el consumo de energía, y todo eso, repercute en la calidad de los huevos.
Por eso, en verano, debemos estar atentos a los sistemas de ventilación y debemos proporcionarles un alojamiento con espacios de sombra donde las gallinas puedan estar frescas y de ese modo, fomentar la correcta alimentación para una buena producción de huevos.
Las gallinas deben consumir la cantidad adecuada de energía, calcio y proteínas para estar sanas y poner buenos huevos. El mejor alimento es el balanceado, el cual ayuda a producir huevos de un tamaño óptimo y con un cascarón de buena calidad.
El calor excesivo de la época estival provoca que los huevos sean más pequeños y con baja calidad del cascarón.
Debemos tener en cuenta la temperatura del corral para que estén a gusto:
► 20 – 25 ºC y 75 % humedad relativa: Frío
► 25 – 30 ºC y 100 % humedad relativa: Confortable
► 30 – 35 ºC y 100 % humedad relativa: Un poco incómodo
► 35 – 40 ºC y 100 % humedad relativa: Bastante incómoda
► 40 – 45 ºC y 100 % humedad relativa: Extremadamente incómodo
► 45 – 50 ºC y 100 % humedad relativa: Peligrosamente incómodo y posibilidad de muerte por fallo cardíaco