Las malas hierbas están en una posición ecológica más fuerte, la naturaleza las ha hecho evolucionar para ocupar la posición donde se encuentran. Así, las plantas de nuestro huerto han evolucionado de la mano del hombre, por eso que, si no cuidamos y retiramos estas malas hierbas de nuestro huerto, es muy posible que poco a poco nos vayamos quedando sin él.
Aunque no todo son desventajas para las malas hierbas, también sirven para aumentar la fertilidad de nuestro huerto. Si dejamos el terreno en barbecho y no se plantan especies de abono, las malas hierbas se encargarán de trabajo. Podemos dejarlas crecer pero nunca dejar que les salgan semillas. Un año de semillas son siete de plaga.
El método más usual de eliminar las malas hierbas es con la azada, el secreto es hacerlo antes de que nazcan o cuando todavía son pequeñas. Por eso hay que hacerlo con regularidad, poco tardaremos en hacerlo si el terreno está limpio, pero si está lleno de maleza, nos resultará una tarea agotadora.
También podemos tratar de evitarlas con un herbicida (para zonas pequeñas) o una desbrozadota (para zonas más grandes).
Hay que tener en cuenta que, junto al riego de nuestro huerto y su consecuente limpieza, retirar las malas hierbas es el trabajo más duro para nuestro jardín. Aunque para la agricultura ecológica y los árboles frutales tengan importantes ventajas ya que aportan fertilidad a la tierra, también desmejoran el aspecto de nuestro huerto, además de ser refugio de futuras enfermedades o plagas.