El huerto casero, las gallinas ponedoras y los niños

Tener un huerto casero y/o criar a nuestras propias gallinas en casa pueden ser actividades realmente entretenidas, divertidas y también didácticas. Muchas familias aprovechan para compartir estas actividades con los más pequeños de la casa, formándoles en su estima hacia la naturaleza y los animales.

Ayudar a un niño a sembrar una semilla y compartir con él momento en el cual empieza a salir la primera hoja de la planta y ésta se va desarrollando y creciendo, hará que los más pequeños de la casa sientan interés por el medio ambiente y una de las formas más divertidas de que coman verduras, ya que las habrán plantado ellos mismos.

Lo mismo pasa con las gallinas ponedoras. Darles de comer y recoger los huevos será una de las actividades más emocionantes junto con el cultivo de verduras y hortalizas.

Es muy importante hacerles partícipes de todas las actividades desde el principio: adquirir un gallinero, comprar las gallinas, escoger el lugar destinado para el huerto, preguntarle qué le gustaría plantar, la siembra, el riego, etc.

Los niños que colaboran con sus padres y abuelos en las tareas de mantenimiento de un gallinero o de un huerto casero empiezan a adquirir pequeñas responsabilidades, valoran mucho más el esfuerzo que han tenido que hacer para conseguir su objetivo, se implican en las tareas sin que lo vean como una obligación y es una de las mejores formas de pasar el tiempo con sus padres, abuelos y hermanos.

El momento de la cosecha de las hortalizas y las verduras y de la recolección de los huevos son el momento en el cual se sienten orgullosos de su esfuerzo y la ocasión perfecta para iniciar al niño en un estilo de vida sano y seguir una dieta equilibrada, invitándolo a probar lo que él mismo ha plantado.