El corral para el pollo de engorde

El corral debe ser construido sobre un terreno permeable y, si es posible, ligeramente elevado para permitir un fácil y rápido drenaje de un eventual exceso de agua, evitando que su estancamiento se convierta en un foco de difusión de enfermedades. Debe ubicarse hacia
el oriente o sur, principalmente si se encuentra en regiones con inviernos largos y fríos, procurando aprovechar la mayor cantidad de luz solar. Es muy importante que esté orientado de forma que permita el ingreso del sol, de esta forma, las aves utilizan la luz del día para vivir y el suelo se mantiene seco y sin humedad.

En los climas cálidos o templados se debe orientar de oriente a occidente, de esta forma el sol no penetra en el interior del alojamiento, lo cual provocaría que la temperatura subiese en exceso, los pollos buscarían la sombra y podrían morir a causa del amontonamiento.

Para evitar un sobrecalentamiento en el interior (en los climas más calurosos) es recomendable situar el corral debajo de algún árbol, o si se puede, plantar alguno para que le de sombra. También debemos proteger el alojamiento de los pollos del viento y de las corrientes de aire ya que se podrían enfriar y enfermar. Para ello se pueden utilizar cortinas y mallas.

También es de vital importancia evitar la humedad en el interior del gallinero porque ésta puede provocar gérmenes y contaminación.