La cría de conejos es una actividad que lleva haciéndose durante años a modo de subsistencia, por ser un animal de pequeño tamaño y con una carne de innumerables ventajas para la salud humana, y como forma de mejorar la economía familiar.
Aunque todavía sigan perpetuándose estas tradicionales funciones de la cunicultura familiar, cada vez son más los conejos domésticos que se adaptan perfectamente en un pequeño jardín o huerto con unas instalaciones e inversión mínimas.
Una buena jaula de para conejos con sus correspondientes nidos y bebederos ya podremos disfrutar de un animal tranquilo y muy agradecidos, características que los hacen perfectos para jóvenes, ancianos o personas con discapacidad, ya que son animales que crean vínculos muy interesantes con quienes los cuidan y su mantenimiento es muy sencillo.
Con una limpieza diaria de sus jaulas, reponiendo el agua y la comida, no habrá ningún tipo de inconveniente en cuanto a olor y suciedad.
La carne de conejo cuenta con uno de los valores más altos en proteína y su composición alta en potasio, fósforo y calcio, junto con su bajo contenido en ácido úrico la convierte en un alimento ideal para personas con colesterol alto, hiperuricemia o incluso, para aquellos que no puedan masticar ni digerir bien otro tipo de carnes.
Si tenemos un pequeño patio o jardín, lo mejor es comenzar con cuatro conejas, con un macho. Con paciencia y esfuerzo, podremos ir consiguiendo beneficio en poco tiempo, al menos en cuanto a su excelente carne, ya que la satisfacción de estos excelentes animales será un beneficio inmediato.