Los tomates son una de las semillas que más abundan en los huertos caseros de fincas o terrazas, si se trata de un huerto urbano. Las tomateras se comportan bien en un suelo rico en materia orgánica y aguantan perfectamente mientras esté bien drenado. Además, cultivar nuestros propios tomates para luego hacer ricas ensaladas, ¡es todo un lujo y una gran satisfacción!

Existen muchas variedades de tomates, pero las que más se suelen comerciar y tener en los huertos son las variedades de híbridos F1. Estos tomates son muy resistentes a enfermedades y sus semillas pueden utilizarse para su siembra al año siguiente.

Tal y como comentábamos, las tomateras son plantas resistentes que les gusta un clima cálido. Si estamos en una zona de mucho frío, seguramente se nos morirán con temperaturas inferiores a los cero grados. La temperatura óptima para su perfecto desarrolla se encuentra en los 25 grados de máxima durante el día y los 15 grados de mínima por la noche.

La siembra de tomates es muy sencilla. Bien se puede realizar una siembra directamente en la tierra, o comprar las plantitas de tomateras que venden en muchos centros de jardinería. Si se opta por la primera opción, debemos de esparcir las semillas y taparlas con tierra suelta, luego habrá que ponerle un plástico, una manta o cualquier elemento que sirva para recrear el microclima de un invernadero. Cuando ya nazcan las plantas y tengan unos 15 centímetrosse deben transplantar a unas macetas, dejando una separación de40 centímetrosentre plantas.

Según vayan creciendo deberás guiarlas con un tutor para que no se caigan por el peso. Recuerda regarlas de manera moderada para que no se encharquen las plantas, y siempre por la mañana antes del sol haga efecto lupa y las “cueza”. Utiliza abono casero o compost de manera regular pero sin abusar.

Cada planta da unos 2 ó 3 kilos de tomates, y comenzará sobre la décima semana después de la siembra. ¿Preparado para tener tu propia tomatera?