Como ya hemos comentado en posts anteriores, la gallinaza está formada, en su gran mayoría, por estiércol de gallina, no obstante, éste debe ser procesado.
El estiércol de gallina debe ser previamente fermentado para reducir la cantidad de microorganismos, los cuales podrían ser nocivos.
Los microorganismos más habituales son las bacterias, las cuales ayudan a transformar y liberar los compuestos químicos del estiércol y contribuyen a reducir elementos que podrían ser nocivos.
Algunas personas que crían sus propias gallinas han intentado usar el estiércol de gallina directamente en su huerto casero como abono y no han obtenido los resultados que esperaban, en algunos casos puede que se quemen las hojas de las verduras y las hortalizas.
Si tenemos gallinas en casa y queremos aprovechar el estiércol como abono ecológico deberemos aplicar primero algunos productos que ayuden en la transformación hacia gallinaza.
Si decidimos utilizar la gallinaza como abono orgánico se le pueden añadir otro tipo de desechos orgánicos como por ejemplo virutas de madera o paja.