Suele ser muy recomendable disponer de un sendero que recorra nuestro huerto. Esta vía central nos permitirá pasar sin problema entre las hortalizas. Cuando nuestro huerto ya tiene unas dimensiones considerables y tiene el suficiente tráfico ya resulta insuficiente un camino de hierba.
El sendero pavimentado, al contrario que el sendero de tierra, no se embarra, si es de arena muy fija puede que no se embarre con tanta facilidad, pero resulta mucho más sencillo empujar una carretilla o cualquier herramienta con ruedas de nuestro huerto si contamos con un sendero pavimentado.
Podemos construir el sendero de varias maneras. El hormigón resulta un método permanente aunque algo más feo, y si el huerto debe dar lugar al placer visual, ¿por qué incluir un material tan poco atractivo? Resulta más agradable un típico sendero de ladrillo, mucho más útil si las losas de piedra son lisas y está bien construido. Se pueden usar ladrillos viejos, así no hará falta limpiarlos. La grava, los trocitos de granito o guijarros suelos también son muy apropiados y perfectos sin queremos que nuestra carretilla lo atraviese, de hecho se desliza mejor la rueda sobre la madera que sobre la grava.
Resumiendo, podemos construir el sendero para nuestro huerto con los siguientes materiales:
- Grava, por lo que necesitaremos una buena cantidad para cubrir todo el sendero
- Ladrillos y losas que quedarán muy atractivos. Los clavaremos a la tierra con ayuda de un martillo y después se regará por encima para que la arena se aglutine.
- Hormigón, el suelo será más blando y se embarra con facilidad. Tendremos que hacer una zanja profunda para que el suele drene bien.