Las acelgas son de origen mediterráneo, destacan por sus grandes hojas verdes y brillantes, aunque también existe alguna variedad en otro color, y son muy fáciles de cultivar en casa.
Las acelgas nos aportan agua, hidratos de carbono y proteínas (estos dos últimos en menos cantidad), por eso resulta poco energética, no obstante, tiene muchas vitaminas, sales minerales, fibra y calcio.
Si eres una persona que necesita vitamina C es recomendable tomar la acelga cruda en una ensalada.
Cómo cultivar acelgas en casa
Para cultivar acelgas en casa puedes utilizar una jardinera o una maceta, una mesa de cultivo o directamente en tu huerto. Deberás situarla en un sitio que esté a media luz y a una temperatura entre los 5ºC y los 35ºC.
No es una planta muy exigente en cuanto a cuidados, luz, suelo…, pero no está de más utilizar un buen sustrato de cultivo, sobre todo si es para consumo propio, ya que hay personas que las plantan para adornar su jardín.
Si decides cultivar acelgas directamente en el suelo de tu jardín o en una mesa de cultivo debes dejar un espacio de 15 cm entre cada planta para que pueda desarrollarse correctamente.
Es muy importante quitar las malas hierbas, sobre todo durante el crecimiento de la planta, para evitar o minimizar plagas y enfermedades.
La recolección de las acelgas puede hacerse de dos maneras:
► Coger la planta entera cuando el tamaño sea el adecuado
► Arrancar las hojas una a una. Esto debe hacerse cuando las hojas tienen una altura de 18-20 cm. Se arrancan primero las que están más afuera y cuando la planta está más grande se pueden arrancar las hojas verdes y las pencas.