Todas las personas que tienen gatos en casa saben que les encanta acurrucarse en el regazo de su dueño para que los acaricien y, cuando esto pasa, inmediatamente escuchamos el ronroneo característico de estos animales.
Este ruido propio de los gatos nos aporta un efecto relajante al escucharlo.
Diversos estudios han demostrado que el ronroneo del gato nos hace sentir bien y relajados y nos aporta beneficios para nuestra salud, como el reciente estudio elaborado por Elizabeth Von Muggenthaler y Bill Wright, especialistas en Bioacústica en el Instituto de Investigación de la Fauna de Comunicaciones de la Universidad de Carolina del Norte, que analizaron el ronroneo del gato midiéndolo en una frecuencia de entre 25 y 40 hercios por segundo.
Existen algunas frecuencias que son terapéuticas para los humanos, concretamente las que se encuentran entre los 20 y los 50 hercios (parecidas a las del ronroneo), y se ha demostrado que pueden aliviarnos el dolor de huesos, el dolor muscular, aumentar la densidad ósea y que producen un efecto antinflamatorio.
Está demostrado que cuando acariciamos un gato que ronronea, nuestra presión arterial disminuye.
El ronroneo también es beneficioso para los propios gatos, el cual les ayuda a curarse más rápido.
Dichos estudios demostraron que los gatos no solo ronronean cuando están relajados y a gusto, también los hacen cuando quieren calmar a sus crías (ayuda a relajarlas) o cuando están heridos.